La auténtica Lady Marmalade
De nuevo, nos quedamos momentáneamente sin palabras. Y después de componernos, ¿por dónde empezamos? ¿Es por las boas de plumas rojas y blancas que componen la parte inferior de este “vestido”? ¿Por la sombrilla a juego, tan cuidadosamente colocada boca abajo en el suelo? ¿Quizá por los “guantes” hasta los codos que en realidad no cubren las manos de esta dama? Suponemos que podríamos empezar por los tirantes rojos, o el adorno de plumas, o los pies descalzos, pero ¿absorberlo todo a la vez? Imposible.